Desde la perspectiva de los seguros que cubren los riesgos de construcción e ingeniería, existen dos situaciones a considerar, teniendo especialmente en cuenta que en este tipo de seguros prima la autonomía y libertad contractual por tratarse de coberturas de grandes riesgos, esto es, seguros donde los asegurados son personas jurídicas y sus primas anuales son iguales o superiores a las 200 Unidades de Fomento.
La primera situación dice relación con mejorar el proceso de contratación de las coberturas para dichos riesgos, el cual se basa actualmente en el formato de seguros de Todo Riesgo de Construcción y Montaje y de Responsabilidad Civil, ya sea general o patronal. Dicha mejora debería realizarse por la vía de perfeccionar la descripción de los riesgos y de considerar que la cobertura debe tener por objeto el “proyecto” más que las “obras”. También se debería tender a una definición de daño material más bien “patrimonial” y no estrictamente “físico”.
Para alcanzar estos objetivos resulta esencial proporcionar a la compañía de seguros la información técnica y económica más completa posible del “proyecto”, para los efectos de la evaluación del riesgo y de la calidad del objeto a asegurar, así como para realizar una correcta determinación de la prima.
De acuerdo con la legislación vigente, la reticencia del asegurado sólo existe frente a requerimientos de información de la compañía de seguros que no han sido satisfechos por el asegurado; pero, sin perjuicio de ello, una información técnica insuficiente siempre resultará compleja en el caso de un siniestro, más allá de si ha sido o no requerida la información por la aseguradora.
En los proyectos complejos de construcción es importante verificar la coherencia entre las condiciones técnicas de aprobación y las condiciones de aseguramiento y de cobertura de los riesgos específicos; o bien establecer que para los efectos de la cobertura de los riesgos se deberá estar a las aprobaciones de los organismos públicos correspondientes. Todo esto implica tecnificar el proceso de contratación de los seguros de los proyectos de construcción y montaje.
Un segundo aspecto, y quizás el más desafiante, es cómo avanzamos en un mercado tomador de cobertura y precios, esto es, con muy altos niveles de reaseguro, hacia mecanismos más integrales de cobertura de los riesgos de los proyectos, tanto desde la perspectiva de los mandantes como de los contratistas, que reduzcan la conflictividad y garanticen la ejecución de los proyectos dentro de plazos y condiciones de costos previsibles.
En esta línea de trabajo, resulta esencial tener en consideración la necesidad de incorporar a las compañías de seguros en las etapas primarias de desarrollo de los proyectos, de forma que éstas puedan evaluar adecuadamente los riesgos, ya no tanto directamente físicos o propios de la construcción, sino también los que dicen relación con la calidad de los contratistas de cada una de las especialidades, calidad del proyecto de ingeniería, calidad técnica o profesional de las empresas de ingeniería, construcción y montaje, calidad técnica de los proveedores de los equipos, presupuesto y cronograma de las obras a desarrollar, etc.
En este marco, las compañías de seguros, así como los potenciales reaseguradores extranjeros, intervendrían tempranamente en los proyectos y formularían las observaciones, sugerencias y ajustes que les permitan conocerlos en profundidad para adquirir la confianza de asumir riesgos integrales del mismo, distintos de los tradicionales riesgos de daños físicos.
Bajo dichas condiciones, teóricamente no existen riesgos que no sean asegurables, con excepción de las acciones dolosas o gravemente negligentes, pero se requiere de un conocimiento muy profundo de los detalles del proyecto para asumir riesgos tales como el cumplimiento de plazos, fallos o deficiencias de la ingeniería, o de suministro de equipos, desfases presupuestarios, etc., todos los cuales deben representar hechos objetivamente imprevistos a la luz de la información técnica y económica tenida en consideración en la elaboración del proyecto.
En consecuencia, con la debida, oportuna y completa información, teóricamente los riesgos de los proyectos son medibles y asegurables, contra el pago de una determinada prima.
Sin duda que el proceso descrito es complejo e implica un cambio de la forma de enfrentar el problema, y es probable que su complejidad y alto costo solo lo hagan factible para grandes proyectos de ingeniería y construcción.
Por otra parte, los potenciales oferentes de cobertura de esta naturaleza, corresponden a reaseguradores muy especializados, con experiencia en este tipo de riesgo de ingeniería y construcción.
Hoy en día nos encontramos con este tipo de coberturas en los grandes proyectos mineros, centrales térmicas, terminales de regasificación, plantas de celulosa u otros grandes complejos industriales.
Francisco Gazmuri Schleyer
Abogado
Gazmuri & Cía.